¿Por qué los niños no deberían comer gominolas?

Con forma de tiburón o gusano de colores, con sabor a cola, de fresa, limón o naranja, duros o blandos…Hay miles de gominolas diferentes y todas igual de dulces y apetecibles. Son una pequeña tentación tanto para pequeños como para mayores, aunque sabemos que no son el mejor alimento. Pero, aparte de eso, ¿qué sabemos en realidad de las “chuches”?

Las golosinas son productos de confitería elaborados con azúcar aromatiza y coloreada mediante el uso de aditivos. Su nutriente mayoritario son los hidratos de carbono como la glucosa, sacarosa y fructosa, que suponen entre un 70% y un 80% del total del producto. Su contenido en agua puede ser inferior al 14% y el aporte energético es de 320 a 360 calorías por cada cien gramos, un porcentaje muy elevado y que se encuentra por encima del máximo recomendado, además de que las chucherías tiene un valor nutritivo para nuestra dieta casi nulo.

¡Conoce por qué no resulta beneficioso comer gominolas!

Además, su consumo frecuente, sobre todo entre los niños y la población joven, aumenta la cantidad de azúcar, que ciertas partículas de la boca transforma en ácido que se adhiere al esmalte de los dientes atacándolo y da lugar a las caries, por lo que los expertos recomiendan cepillar los dientes siempre que se comen dulces. Además, debido a su alto contenido en azúcares simples, favorece la aparición de obesidad en edades demasiado tempranas, lo que es particularmente desaconsejable, ya que más adelante será difícil de revertir.

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Ahora que conocemos un poco más sobre las gominolas, es hora de que enseñemos a nuestros hijos a disfrutar de la fruta y de todos sus nutrientes, en lugar de recompensarlos con dulces. Hazles ver que las gominolas no son beneficiosas pero que existen otros alimentos para sustituirlas que sí que lo son, y mucho.

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